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Celestún: Naturaleza y tradición en armonía

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Celestún: Naturaleza y tradición en armonía

Por Mariana Baenove

A una hora de Mérida se ubica un paraíso yucateco conocido por tener los mejores avistamientos de flamencos, además de su naturaleza maravillosa: Celestún. 

Hermosas postales naturales se aprecian desde que el pueblo te da la bienvenida al cruzar el puente, enamorándote al instante con su manglar y el reflejo del cielo en las aguas de la ría, todo armonizado por los pescadores que, con los primeros rayos del sol, lucen como faros mientras pescan desde sus lanchas o con medio cuerpo sumergido capturando de forma artesanal, un método que incluso puede ser riesgosa debido a los cocodrilos que hay en dichas aguas, pero que la gente de Celestún tiene bien arraigado a sus costumbres.

Cruzando el puente, antes de entrar al poblado, se vislumbran decenas de flamencos comiendo entre la maleza, convirtiéndose en un alegre festín entre los visitantes que miran con asombro y la gente local promoviendo sus servicios turísticos.

En esta playa pesquera todavía puedes encontrar vestigios de la bonanza salinera en Real de Salinas, un lugar abandonado situado entre los manglares y justo en medio del mar con la ría, cuyas ruinas de esa época muestran dónde y cómo se trabajaba la sal… aunque de igual manera la actividad aún persiste de forma completamente artesanal en las concentraciones de sal en sus charcas color rosado (sí, como en Las Coloradas y Río Lagartos), dejando costales para secado y una entrada antigua que divide Celestún del resto de Yucatán.

Aquí encuentras muchas opciones para comer que van desde cafeterías hasta restaurantes frente al mar con un menú muy variado; asimismo, hay lugares que ofrecen pasadías con piscina, hamacas, renta de palapas; además de actividades en lancha para visitar sus ojos de agua dulce, senderismo para recorrer sus manglares, avistamientos de aves, paseos en tricimoto y muchas actividades más. 

Restaurante Sol y Luna

Y si vamos a hablar de maravillas, la gente de Celestún con su historia y fortaleza es un legado digno de cuidarse. Te invito a conocer el pueblo más allá del muelle y su ría, pues su verdadera belleza recae en las y los celestunenses, con un legado generacional que forma parte de la historia del lugar: como las empanadas de raya de una familia cuyo hijo aún mantiene la herencia de sus padres, quienes a su vez eran los únicos del pueblo en pescar y cocinar la mantarraya, ¡deliciosas e imperdibles!; o encontrar en Cafetería Bacab a David, quien tiene miles de anécdotas para compartir de su niñez en Celestún, sus aventuras y su galería de arte, todo acompañado de un café exquisito.

Si llegas a visitarlo y a animarte a recorrerlo por completo, cuéntame qué te ha parecido porque: ¡Celestún aguarda para ser descubierto!


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