Las decisiones médicas en pacientes moribundos siempre deben tomarse a través de un grupo colegiado y no por un médico en particular, además de que se tiene que brindar un trato más sensible y humano, aseveró ayer el Dr. Francisco Campos Campos, al impartir su conferencia “Medicina paliativa en Cirugía General”.
Al participar en el último día de actividades del 40o. Congreso Internacional de Cirugía General, que se lleva a cabo en esta ciudad, el especialista subrayó que los cirujanos tienen la responsabilidad de brindar sus servicios no desde la perspectiva del médico o del sistema hospitalario, sino desde la perspectiva del paciente.
Rechazó las acciones más comunes de impedir la presencia de los familiares y amigos de un paciente sin posibilidades de sobrevivir y remarcó que se tiene que reflexionar sobre ese aspecto y ofrecer el acceso a los familiares con orden, porque ellos les pueden dar apoyo moral y espiritual.
Si no asumimos esas responsabilidades no estaremos honrando la declaración de principios del Colegio Mexicano de Cirujanos, puntualizó.
También señaló que los médicos deben ofrecer apoyo terapéutico para mejorar la calidad de vida del paciente y reconocer asimismo, que a veces, aunque se sabe que tiene pocas posibilidades de salvarle la vida, “nos empecinamos en darle un tratamiento que realmente no lo va a beneficiar”.
Hizo notar que se debe tomar en cuenta que el paciente percibe esa sensación de abandono cuando ya no hay nada que hacer médicamente y asimismo, perciben cuando las terapias curativas ya no son útiles.
—El paciente es un sujeto inteligente que tiene sensaciones y percibe, aunque no pueda expresarse, así que tenemos la responsabilidad de ser cuidadosos en ese sentido, acotó.
Campos Campos expuso de igual forma las barreras que impiden al médico o al cirujano aplicar estos principios de cuidados paliativos, como la falta de experiencia y conocimiento de cómo se maneja un paciente moribundo, por la falta de información debido a que “siempre estamos más preocupados en leer temas de aspectos técnicos y pocas veces nos preocupamos de este tema”.
También tenemos falta de confianza de lo que podemos ofrecer –agregó–, y muchas veces no tenemos esa confianza para poder ejercer esas decisiones porque la medicina moderna siempre está enfocada a curar las patologías y tiene poca investigación relacionada con la valoración y el trato de una persona moribunda.
Agregó que las experiencias negativas también representan una barrera y puso como ejemplo al médico que, en un momento dado, aplicó un procedimiento y tuvo una mala experiencia porque el paciente se enojó, se inconformó o le replicó, lo que le genera en consecuencia inseguridad para la toma de decisiones.
—Tenemos que reconocer que hay temor a la reacción del paciente o de los familiares cuando se les informa que se va a morir, eso es algo de lo que pocos hablan, no se confiesa, pero debemos aceptar que es una realidad, estableció.
Los familiares y el paciente mismo –continuó–, pueden tener una sensación de enojo, ansiedad y tristeza, es algo lógico en el ser humano ante noticias desagradables.
Fuente: Por Esto!