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Contaminación electromagnética: qué es y cómo nos afecta

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Contaminación electromagnética: qué es y cómo nos afecta

Descubre qué es la contaminación electromagnética, sus posibles riesgos para la salud y las recomendaciones para disminuir la exposición en tu hogar.

La contaminación electromagnética es una forma de energía presente en el medio ambiente, que se utiliza para enviar información o potencia eléctrica. Está generada tanto por sistemas de telecomunicaciones (como las torres de telefonía celular) como por infraestructuras eléctricas (cables y subestaciones).

A diferencia de otras formas de contaminación, la electromagnética no se puede ver, oler ni sentir, lo que la hace más difícil de detectar y, por tanto, menos conocida.

«El campo electromagnético no es más que una energía en forma de un campo eléctrico y magnético que coexisten. Dependiendo de la forma en que se alteren, permiten llevar información de un lado a otro», explica Raúl Santoyo, socio director de TES América.

La contaminación electromagnética aumentó exponencialmente en los últimos 124 años. Antes del siglo XX, el ser humano recibía casi toda la energía electromagnética del Sol, pero hoy en día, con la creciente demanda de telecomunicaciones y la electrificación de muchos aspectos de la vida cotidiana, la exposición ha crecido más de 300 veces.

Aumento en los próximos años de la contaminación electromagnética

Santoyo advierte que la contaminación electromagnética puede agravarse significativamente en los próximos 5 o 10 años. Esto se debe, principalmente, al crecimiento de las telecomunicaciones inalámbricas, el incremento en el uso de dispositivos electrónicos, y la expansión de la infraestructura eléctrica.

Además, la llegada de nuevas tecnologías como 5G implica un mayor número de torres y antenas para dar cobertura a una población cada vez más demandante de datos.

“Cada vez somos unas velocidades más involucradas de energía. Debemos de estar midiendo, así como medimos hoy día la calidad del agua o del aire, la calidad de nuestro entorno electromagnético”, menciona Santoyo.

Los peligros de la contaminación electromagnética

A diferencia de otras formas de contaminación, como la del aire o el agua, la electromagnética es menos visible y entendida, lo que genera una menor preocupación social; sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que la exposición a campos electromagnéticos puede causar un incremento en la temperatura de la piel, generando quemaduras o hinchazón. Estos efectos, en general, son reversibles cuando se reduce la exposición al campo electromagnético.

Santoyo también señala estudios que vinculan la exposición a campos electromagnéticos de baja frecuencia con problemas neuromotores y ciertos tipos de leucemia en niños pequeños. Sin embargo, en el caso de las telecomunicaciones de alta frecuencia, como las redes Wi-Fi y la telefonía móvil, aún no hay un consenso científico claro que relacione directamente la exposición con enfermedades como el cáncer.

La falta de regulación en México de la contaminación electromagnética

En México, la regulación sobre la contaminación electromagnética es escasa. Existe una disposición técnica por parte del Instituto Federal de Telecomunicaciones que fija límites para los operadores de telecomunicaciones, pero está orientada a la autorregulación y se enfoca en el nivel de exposición de la población general.

“En México no hay nada al respecto para las torres de alta tensión y subestaciones eléctricas, y tenemos muchísimas en el país. Es como entrar a la modernidad sin saber con qué te estás metiendo”, advierte Santoyo.

Por esta razón, TES América está impulsando la creación de un sello e índices que permitan medir el nivel de contaminación electromagnética y establecer comparativas. El objetivo es generar un mapa de calor que sirva para el despliegue futuro de infraestructuras, similar a cómo se miden y controlan otros tipos de contaminación.

Las recomendaciones para los usuarios

Ante la falta de regulación y control, Santoyo recomienda a los usuarios tomar algunas medidas para reducir la exposición a los campos electromagnéticos:

  • No tener módems inalámbricos en los cuartos: Es preferible mantenerlos a una distancia de al menos 5 metros de los lugares donde se descansa.
  • Uso de manos libres: Al marcar con el celular, es recomendable utilizar el manos libres, ya que durante este proceso se generan energías que pueden afectar la salud.
  • Controlar los dispositivos: Evitar el uso excesivo de rompe muros o dispositivos que aumenten la potencia de señal en casa, ya que generan más energía de la necesaria.

La contaminación electromagnética es un fenómeno relativamente nuevo que va en aumento. Por eso, es crucial adoptar un principio de precaución, similar al que se sigue en otras áreas de salud pública. La clave está en la concienciación, la medición y el control para minimizar los posibles riesgos asociados a la exposición a esta forma de energía.

Con información de Excélsior

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