Por José Luis Preciado.
Los medios de comunicación tanto impresos como electrónicos (radio y televisión) han sido sin querer publicistas del crimen organizado, tomados de la mano de las irresponsables autoridades policíacas se publican imágenes que ponen en riesgo a los agentes y sus familias, el caso de Paraíso, Tabasco, se ha convertido en el ejemplo terrible de las consecuencias de hacerlo: toda una familia asesinada a manos del crimen organizado que reacciona con rabia por la matanza de Cuernavaca.
La imagen de doña Irma Córdoba recibiendo la bandera nacional de manos de la Secretaría de Marina en señal de duelo por la muerte de su hijo el marino Melquisidec Angulo Córdoba se publicó en todos los medios, salió en televisión nacional, la señal llegó a los rincones de Tabasco, allí se generó la venganza. Sin quererlo, sus mismos compañeros de la Marina dieron el domicilio de la familia, los pusieron en bandeja de plata.
En los primeros minutos de este martes, un comando armado irrumpió violentamente en la vivienda del marino, en donde dispararon a su madre y a una tía, quienes fallecieron en el momento del ataque, posteriormente, en un hospital, donde les brindaban los primeros auxilios perecieron un hermano y una hermana.
Otros dos familiares del marino quedaron gravemente lesionados, luego de ese ataque registrado en la vivienda ubicada en el Ejido Quintín, Arnauz del municipio de Paraíso, Tabasco.
El marino Angulo Córdova había sido sepultado apenas el pasado lunes, en su tierra natal, donde recibió un homenaje post-mortem, pero apenas unas horas después se dio el ataque en el domicilio particular de sus deudos.
El Ministerio Público del fuero común, al llegar a la escena del crimen encontró decenas de cartuchos percutidos que corresponden a rifles de asalto AR-15, aunque se desconoce en qué tipo de vehículos se desplazaron los presuntos asesinos y tampoco se sabe por el momento cuántos participaron en la ejecución.
También se supo que la madre del Tercer Maestre de las Fuerzas Especiales de la Secretaría de Marina, en vida llevaba el nombre de Irma Córdoba Pérez, mientras que la otra persona que murió en el lugar una tía del marino era Yolidabey.
Otro mensaje negativo que dio la vuelta al mundo es la imagen del narco Arturo Beltrán Leyva cuyo cuerpo apareció cubierto con billetes y con los pantalones abajo. Hoy el gobierno federal no sabe cómo explicar quien “vistió” de esta manera al baleado, acusan al servicio médico forense de Morelos, pero al frente de los marinos había responsable y ahí deben dar cuenta de ello. Lo cierto es que al final las cosas que pueden verse como buenas se contaminan, porque con esta imagen el mismo gobierno federal y sus policías o marinos reaccionan como aquellos a quienes combate, es decir se llegan a convertir también en un cartel.
