Dicen que recordar es vivir y llevar una bitácora viajera te hará revivir tus mejores aventuras.
Los viajeros en la historia han tenido la costumbre de escribir sus aventuras para documentarlas, analizarlas, recordarlas y contarlas al mundo. Recordamos los textos de personajes como Heródoto, Alexander von Humboldt, Marco Polo o Bernal Díaz del Castillo, quienes se dedicaron a contar sus vidas recorriendo el mundo.
El diario viajero es un recuerdo personal, un libro que enriquecerá tu experiencia que te hará recordar detalles, conversaciones, rutas, imágenes, pensamientos. Un texto que se puede convertir en tu propia novela fantástica, llena de historias que en momentos como este, en el que nos encontramos en cuarentena, puede convertirse en un texto que te ayude a volver a vivir cada paso dado alrededor del mundo.
Sólo el diario del viajero puede guardar lo que la memoria olvida, lo que el tiempo borra o cambia, sólo en este diario quedará escrito perfectamente el momento vivido y con el tiempo será este diario el que te lleve a ese viaje.
¿Cómo hacer un diario de viaje?
Lo primero que se debe de hacer es seleccionar un cuaderno, parece una tarea fácil, pero este debe de cumplir con ciertas características: es importante que sea un cuaderno de tamaño medio que entre en tu mochila de mano y que sea ligero, así como también es importante que las hojas sean lo más naturales posibles para que la tinta no se borre con el tiempo y de igual forma es importante que se pueda cerrar con alguna liga o que contenga algún compartimento en donde puedas guardar recortes, fotos o tickets del viaje para después pegarlos, sino es que llevas contigo cinta o alguna barra de pegamento para hacerlo en el momento.
Lo mejor será que vayas escribiendo en el camino, cuando pares en algún restaurante, al llegar a tu hotel o durante el trayecto, no es necesario que escribas todos los días si es que no te da tiempo, pero sí procura aunque sea hacer anotaciones de detalles, frases, conversaciones y cosas que te lleven al recuerdo.
Algunos viajeros recomiendan sacar tu cuaderno un par de veces al día y sólo puntualizar rutas, comidas o escribir impresiones sobre los lugares que visitas.
Otra recomendación importante es escribir la fecha del viaje cada vez que empieces con un texto, incluso algunos hacen cronologías con horas exactas con un especie de 24 horas en algún sitio.
Si jamás has escrito nada y no sabes por dónde empezar a escribir, te puede ayudar el hacerte preguntas como ¿Qué me hizo feliz hoy? ¿Qué fue lo que más me gustó? ¿Qué me dejó esta experiencia? ¿Cuál fue la mejor comida del día? ¿Qué imagen no quiero olvidar? ¿Cuál es el mejor recuerdo del día? Luego de formularte estas preguntas, emprende la tarea de responderte y ve escribiendo para después darles forma de historia.
También puedes ir involucrando todos tus sentidos, cómo era ese aroma, qué sonido se escuchaba, qué fue lo más bello que viste, qué te hizo sentir el lugar, esto te ayudará a ponerle más emoción a tu escrito para que cuando lo vuelvas a leer tenga impreso esos sentimientos.
Finalmente toma en cuenta durante tu viaje, qué documentos o imágenes quieres guardar en tu diario, la recomendación es que ilustres el texto que escribiste con las mejores fotografías de tu viaje, sus paisajes que quieras recordar, las personas que conociste, los platillos que probaste y los lugares que visitaste, además de los boletos o recuerdos de personas que te van obsequiando en el camino.
Debajo de las fotos que acompañen los textos, puedes escribir frases o escribir que recuerdos evocan esas imágenes, para que jamás se te olvide porqué está ahí.
Por último, muchos viajeros recomiendan hacer dibujos para ilustrar, estos los puedes hacer al momento, puedes pintar mapas, poner detalles o simplemente garabatear, hará más divertido el diario.
Para saber más
La periégesis es quizá uno de los primeros géneros literarios viajeros que consiste en una descripción en la cual a lo largo de un itinerario geográfico, se recoge información sobre la historia, los pueblos, los individuos, las costumbres e incluso la mitología de los lugares que se atraviesan.
Llevar un diario de viaje es un excelente pasatiempo para las horas muertas en aeropuertos y terminales de autobús.
Fuente: El financiero