La creatividad no necesariamente tiene que ver con vivir en una ciudad, pues ésta puede surgir de cualquier parte. No obstante, aquí mostraré lo que, en mi percepción, hace aflorar las ideas al vivir en la capital yucateca
Por Eduardo Cámara Meléndez*
Primero, déjame contarte por qué creo lo que estoy escribiendo: llevo más de una década dedicándome a la creatividad publicitaria y, aunque la mayor parte de mi carrera la he hecho fuera de Mérida, nunca he dejado de inspirarme en mi ciudad natal para desarrollar cualquier idea. Ahí está nuestro punto de partida.
La inspiración surge de cualquier parte, desde luego. Pero en algunos lugares es más fácil desarrollar una idea ya que el entorno es más propicio para ello, por la calma del lugar, por la luz del sol, por el sonido de las olas, el trino de los pájaros, el azul del cielo… casualmente, todo eso que podemos encontrar en Mérida y también cerca de ella.
Sí, estamos de acuerdo en que muchas grandes ideas, generalmente han surgido en puntos urbanos, llenos de cristal, acero y concreto. Pero, ¿a poco no suena encantadora la idea de tomar la libreta, el café y sentarse en una banca del Paseo Montejo a ver pasar a la gente y escribir lo que llegue a la cabeza? Por eso, vamos a enumerar algunos lugares de nuestra capital en donde puedes trabajar a inspirarte a hacer tu obra maestra:
- Parque de Las Américas
Una de las grandes obras del legendario arquitecto local, Manuel Amábilis, que combina el diseño colonial con elementos mayas y dedica sus columnas a los países que conforman nuestro continente. Desde la fuente de Kukulcán hasta la Concha Acústica, sus frescos jardines invitan a detenerse un momento y echar a andar la maquinaria cerebral para escribir un poema, un soneto o incluso, solo una cita.
- Barrios de Itzimná, Alemán y Carranza
Algunas de las colonias con mayor tradición en Mérida, ubicadas al noreste de la ciudad, en donde se conjugan cientos de años de historia con la modernidad y nos permite ver que vivir en nuestra ciudad es un privilegio. Mezcla de estilos arquitectónicos clásicos, coloniales y poscoloniales, californianos, modernos e incluso, algunas casas con ciertos toques del Bauhaus del siglo XX, hacen de esta zona una experiencia que invita a componer una canción.
- Los parques de Gran Santa Fe
Quizá una de las zonas más atractivas para vivir para las familias jóvenes, es la ubicada al noroeste de Mérida, colindante con Ciudad Caucel, ¡y con justa razón! Este desarrollo, visto desde el aire, es una mezcla de diseño arquitectónico con amplias vialidades y numerosos parques en donde se puede disfrutar del contacto con la flora local, e incluso, percibir una sensación de frescura gracias a la sombra de la copa de los árboles. Sin duda, un lugar ideal para una tarde de picnic, pero también para tomar el sketchbook y dibujar a mano alzada.
- Los viejos barrios del centro
Visita obligada para locales, foráneos y turistas. Hoy en día, con la apertura constante de nuevos negocios como cafés, restaurantes, bares y cantinas, los antiguos barrios de la Mejorada, Santa Ana, Santa Lucía, Santiago, San Cristóbal y San Sebastián, son potenciales puntos de tertulia con los amigos para platicar y crear en conjunto, mientras se disfruta de la gastronomía local y una bebida bien fría que aminore el calor típico de nuestra tierra.
- Zonas arqueológicas dentro y fuera de la ciudad
Sí, así como lo lees. Al este de la ciudad, el Parque Recreativo de Oriente tiene algunos vestigios de nuestra herencia maya en medio de la ciudad, rodeados de vegetación y con la calma que caracteriza al rumbo del Fraccionamiento del Parque que, sin duda, te hará querer llevar la cámara y tomar unas buenas fotos de las edificaciones. O en el caso de que cuentes con un poco más de tiempo, Dzibilchaltún está a solo 15 minutos sobre la carretera a Progreso, donde podrás desarrollar tus habilidades de Instagram capturando imágenes impresionantes.
- Callejón de la Música (antes, del Congreso)
Los yucatecos somos musicales, ¡hasta nuestro acento tiene un ritmo que invita a mover la cabeza, los hombros y los pies! Tan musicales somos, que le dedicamos un palacio entero a la música mexicana, celebrando desde los sonidos prehispánicos hasta la trova moderna. Sin duda, el diseño arquitectónico del Palacio de la Música lo pone a la altura de los grandes recintos mundiales, aunque la experiencia se completa desde que das los primeros pasos entre el Parque de la Madre y el teatro Peón Contreras, hasta llegar a la calle 58, donde encontrarás grupos y bandas de distintos géneros, hasta una tienda de discos donde podrás hacerte de algunas joyas en acetato de ayer y hoy.
Bien dicen que para que la inspiración llegue, debe encontrarte trabajando, pero de vez en cuándo también es bueno desconectarse un momento, llevar el termo con café o agua fría y dejar que las ideas fluyan solas.
Y, ¿quién sabe? Tal vez de ahí surja la nueva “Peregrina”…
(*) Publicista y aficionado de la cultura pop.
Twitter, Instagram, Facebook: @mackmelendez