Un parpadeo de tus ojos
abre emociones infinitas.
Un amanecer
Un brillo
florece en ti
como infante sin apuro.
Tú me bastas.
Mi vida
es un instante bajo el sol
y entre la espuma
de las olas
reinas en sosiego.
Tú me bastas
para andar a ciegas.
Para ahogar el tedio
en el mar de tu mirada.
Me colmas.
Credo y verbo de mi fe
sin duelo.
Mirra y miel
alrededor de tu cuello.
En el brillo de tus ojos
surca el arcoíris.
Diminutos astros
para vivir y redimir el sueño.
Me nutro de ti
sin desaliento
(Infinitos diamantes
de sal coronan
tus labios tibios).
Tú me bastas
al alunacer en tu
cama y eternizarme.
Tú me bastas
para vivir sin miedo.
Rafael Aguiar
Agosto 2020