Como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo (FILZ) se entregaron los Premios “Elena Poniatowska”, “Carlos Monsiváis”, “Vicente Leñero”, “Alejandro Aura” y “Crónica Ciudad de México”.
El Premio Iberoamericano de Novela “Elena Poniatowska” fue concedido al escritor español Antonio Muñoz Molina por su novela “Como la sombra que se va”.
Aunque el autor no pudo estar presente, la poeta Sandra Lorenzano leyó un texto escrito por él:
“La vocación de un escritor es azarosa y solitaria, pero el oficio de escribir una obra es el encuentro con los lectores, y es el impulso por estar a la altura de los mejores modelos que lo inspiraron en su primer aprendizaje y en los que sigue mirándose a lo largo del tiempo. Porque este es un oficio en el que nadie, nunca, deja de ser aprendiz”.
En tanto, Premio de Poesía Joven “Alejandro Aura” fue para la escritora Bertha María Inzunza Choza y al poeta Alan Vargas Mariscal por su obra “Los Campos no elicios”, el cual esperan poder publicar pronto.
La escritora dijo sentirse muy emocionada por recibir este galardón ya que la incentiva a seguir creciendo. “El poemario tiene como propósito que la gente se acerque a la lectura y se sienta entusiasmada con la poesía”.
El Premio Dramaturgia Joven “Vicente Leñero” fue otorgado a Jimena Eme Martínez Vázquez, por el proyecto “Antes”, que en breve será puesto en escena por el Sistema de Teatros.
En la categoría colectivo el V Premio al Mérito Cultural “Carlos Monsiváis” fue entregado a Jesús Jiménez García del Colectivo Xochicalli, mientras que en la categoría individual lo recibieron Trinidad Angélica Ayala Pliego y Armando Flores Téllez.
Mientras “Las aguas de los nuevos, viejos, lagos del Valle de México” fue el trabajo de Carlos Bravo Vázquez que mereció el Premio al Primer Concurso de Crónica CDMX “Los últimos lagos”.
En el secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín, destacó que la Feria Internacional del Libro (FILZ) en el Zócalo se ha consolidado en estos 15 años en la plaza pública más grande del país abrazando la palabra de todos.
“La joven Feria del Zócalo se ha identificado con la plaza que la acoge y se ha mimetizado a ella. No le teme a la censura porque es hija de la libertad. Es anfitriona de la inteligencia, la duda, la crítica y la imaginación creadora. Todos tienen derecho a expresarse en esta Feria y nadie tiene la última palabra”, afirmó el funcionario cultural.