Especial Revista Yucatán
La prosperidad que tuvo el oro verde a finales del siglo XIX generó un importante cambio en la arquitectura de la capital yucateca y la influencia europea se vio reflejada en las casonas que fueron erigidas durante aquellos años.
Una de las que se mantienen hasta el día de hoy es el famoso Hotel Panamericana, concebido primero como residencia del matrimonio de hacendados conformado por Don Manuel Medina y Doña Concepción Rodríguez. Una casa de estilo neoclásico con un amplio jardín al frente, cuya construcción fue dirigida por el escultor italiano Almo Strentta, quien inició la obra en mayo de 1989 y culminó en 1905, sobre lo que en ese entonces era la Calle Porfirio Díaz (hoy, Calle 59).
Fue en 1958 que Don Tuffic Charruf Baudy, empresario de origen libanés encargado de la construcción del Cine Mérida años atrás, adquirió la casa en 1958 para convertirla en un hotel, pero con la visión de mantenerla intacta para que fuese la fachada y un hermoso lobby, lo que en definitiva fue un gran acierto ya que la moda de esos años era demoler sin empacho las antiguas residencias, pues eran consideradas anticuadas y poco útiles. El encargado de este revolucionario proyecto fue el famoso arquitecto Carlos Montes de Oca.
El hotel fue inaugurado el 19 de junio de 1962 en un evento encabezado por el gobernador Agustín Franco Aguilar, ¡un suceso sin igual!, pues con sus siete pisos, se trataba de uno de los primeros edificios de gran altura en Mérida. Desde entonces, el Hotel Panamericana es uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad, fruto de una mente adelantada a su tiempo que supo apreciar el valor artístico de la construcción y la adaptó a las exigencias turísticas de la modernidad (algo que hoy, es la norma).
No obstante, desde hace un tiempo se han suscitado una serie de controversias legales entre los hermanos Charruf Farjat, hijos y herederos del predio de Don Tuffic, y la cadena Hoteles Misión, quienes actualmente administran el hotel.
Platicamos con Teresa Charruf Farjat y nos comentó que ya van tres años que no reciben el pago correspondiente a la renta e incluso, que el contrato finalizó el 31 de mayo de 2021, y hasta ahora no han podido encontrar respuestas ni certeza jurídica, aunque ya hay una demanda interpuesta desde el año 2020.
Este fue uno de los primeros hoteles de la ciudad, uno muy elegante y muy bello, y hoy lo miramos con tristeza porque le hace falta mantenimiento y como no nos han pagado, ni siquiera nosotros podemos invertir en ello, lamenta Doña Teresa.
Cuando paso me da una gran tristeza –prosigue-, veo a los trabajadores que están allá desde que nosotros lo administrábamos y no saben qué hacer, además hicieron una huelga porque los pagos les llegaban atrasados… ¡en fin!, el hotel no es lo que era antes.
Doña Teresa comenta que el trato con Roberto Zapata Llabrés, director general de Hoteles Misión, ha sido difícil e incluso hasta hostil, por lo que han tenido juntas con otros hoteleros de otras partes del país que están en las mismas condiciones que los hermanos Charruf Farjat.
Y es que nuestra entrevistada señala otras irregularidades encontradas además de los adeudos a los arrendatarios, como lo son la falta de pagos a Hacienda, la clausura de un restaurante por parte de la Secretaría de Salud y el mencionado deterioro del edificio debido a la falta de mantenimiento.
Esto último preocupa principalmente ya que el Hotel Panamericana se encuentra dentro del catálogo de edificios históricos de Mérida debido a su importancia en la vida de la ciudad, por lo que es un tesoro que debemos cuidar entre todas y todos. Por ello, la familia Charruf pide apoyo a las autoridades municipales, estatales y federales, para que les puedan dar apoyo y una resolución.
Sin duda, un capítulo más en la historia de este icónico y emblemático lugar de la capital yucateca que iremos siguiendo de cerca, uno que esperamos, pueda resolverse en los mejores términos, con transparencia y conforme a la ley.