Page 21 - Revista Yucatán Mayo 2023
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Entro a recepción, me registran y me piden un contacto para cual- quier caso de emergencia. Me pa- san con mi instructor, me procede a poner el arnés –el cual es muy pesado y súper ajustado- y me dio indicaciones a las que no presté mucha atención porque había gen- te con cámaras frente a mí, pregun- tándome por qué lo estaba hacien- do y respondí porque me gustan las alturas... ¡qué vergüenza!, es porque quiero hacer todo lo que hay en mi lista, ¡esa era la respues- ta! El instructor me notó nerviosa y me dijo hay más probabilidades de morir en un accidente automovilís- tico que en el aire; ¡tranquila!, dis- fruta que dura muy poco, eso me hizo entrar en confianza.
Veo la avioneta llegar, subo y procedemos a estar en los cielos; cuando abrieron la compuerta se vislumbró una postal bellísima. Ha- bía muy buen ambiente y mucho frio; unos paracaidistas se tiraron antes de mí para realizar sus for- mas en el aire, ¡estos hermanos están bien locos!, es impresionan- te el tipo de vibra que traen y fue muy chido andar cerca de ellos.
Mi instructor me dijo que ya se- ría nuestro turno. Nos acercamos a la orilla de la avioneta, cerré mis ojos, me asusté y sólo sentí que
nos lanzamos al vacío, abro los ojos en seguida y, ¡la vista era in- creíble! Me quitó las manos del ar- nés y me dijo ¡Abre los brazos y siéntete libre!, ¡saluda a la cámara que lo estás haciendo muy bien! La presión del aire movía mis lentes y hacía que me viera con caras raras y graciosas. El instructor soltó el paracaídas y nos fuimos hacia arri- ba, ¡estaba en shock!, tanto que me preguntó si estaba bien y, ¡vaya que lo estaba!, sólo que no podía hablar porque además que estaba nivelando mi respiración, mis emo- ciones, todo.
Abrir mis brazos, sentir como si volara libremente, ¡era como un sueño! Eso sí, da mucho miedo ex- tenderlos porque piensas que vas a caer. Cuando aterricé me sentía en modo zen, estaba encantada y maravillada, diferente a cuando llegué toda alterada. ¡Lo logré!, gritaba en el aire, entonces me di cuenta que todos podemos hacer- lo, yo lo volvería hacer sin lugar a dudas las veces que pueda, ¡el lí- mite está nosotros!
No sobrepensemos las cosas, a veces le damos mil vueltas, pero cuando nos las enfrentamos, se ven pequeñas. La emoción de lanzarme fue increíble, tanto, que ahora me siento invencible.
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